jueves, 3 de mayo de 2012

Tema 3: la hora del cuento


En el bloque tres, hablaré sobre la hora del cuento.


La hora del cuento es el momento para trabajar con libros y cuentos en el aula, ya sea con compañeros, con abuelos, con los profesores, o con gente a la que invitemos a venir a clase. En ella se trabajará el interés de los niños por la lectura mediante animaciones, cuentacuentos, narraciones, lecturas, teatrillos, etc. este concepto es muy amplio y muy flexible, ya que es una hora general para toda la clase, y no podemos trabajar sólo con un grupo reducido de niños, sino que deben estar todos presentes.

La primera función de la hora del cuento es despertar en los estudiantes la apetencia del libro.  Este encantamiento del cuento (o texto en general) bien leído produce un encuentro entre personas de distintas edades, uniendo a quien narra el cuento y quien lo escucha.  Esto permitirá entrar en la segunda fase y función de la hora del cuento, la del diálogo.  “En nuestro modo de comprender esta actividad, pensamos que la hora del cuento cumple su función más profunda: la de aprovechar el encantamiento que la narración oral produce en el niño, para luego conversar con él en torno a los temas que el cuento nos entrega”.

Esta virtud del buen contar hace que el niño entre en la magia, y así, el aprender se hace liviano: comienza la curiosidad por aquello que los libros contienen, por el mundo que se abre a través de la palabra.



La hora del cuento abarca tres grandes estrategias, y cada una de ellas deriva en: la lectura, la narración y el cuentacuentos.

En primer lugar tenemos que diferenciar entre leer un cuento y narrar un cuento. Leer un cuento es recorrer un texto, expresando lo que se dice. Mientras que se lo leemos, no debemos enseñarles las imágenes, para que ellos se lo imaginen todo. Los cuentos más recomendados son cuentos de autor, como “Adivina cuanto te quiero”.

Mientras que narrar un cuento, es relatar, contar el cuento. En esta estrategia, el narrador es más libre y espontáneo, se mueve, observa al auditorio, gesticula, usa sus ojos y manos. No nos debemos dedicar a leer todo el cuento, sino simplemente alguna frase que no queremos que se pierda su belleza artística. Debemos de írselo contando, haciendo nuestra propia versión, y de este modo, lo podremos adaptar a nuestra clase según nos convenga, por lo que es muy bueno utilizar, (como hemos visto en el tema anterior) cuentos folclóricos, o inventados por mí.

·        Importancia de la hora del cuento:

Como expliqué en el tema anterior, para Gianni Rodari los cuentos son la materia prima para los primeros coloquios entre la madre y el hijo. Sus palabras tienen un peso y una fuerza inigualables porque han sido fijadas una a una, en un proceso de creación colectiva. Desde los primeros años el niño ha de tener un instrumento que le ayude en su fantasía a construir sólidas estructuras, a reforzar su capacidad de imaginación. Este instrumento es el cuento.

Los cuentos abren al niño un amplio abanico de posibilidades que, en su pequeña experiencia cotidiana, posiblemente no hubiera imaginado nunca por su variedad de temas, situaciones, ambiente y personajes.

A partir del cuento el niño conocerá la bondad de unos, la difícil vida de ciertas personas, los problemas y luchas por la existencia entre los hombres y entre los animales, los diferentes tipos de vida según ambientes y sociedades, y cómo se pueden ver las cosas a través de otros ojos.

Para Bruno Bettelheim, lo que tienen de positivo muchos cuentos es que plantean una serie de situaciones problemáticas que el héroe o protagonista de la historia –con el que el niño tiende a identificarse- acabará solucionando.

La importancia de los cuentos en la creación del hábito lector y en la construcción del itinerario lector de cualquier persona es algo fuera de toda duda. Por eso creo que tanto padres como bibliotecarios y maestros deben ampliar su formación sobre este recurso didáctico porque les permitirá asumir su parte de responsabilidad en la formación lectora de los niños con mayor seguridad y rigor.

·        Ventajas que aportan los cuentos a los niños:

Su función principal es proporcionarles alegría y emociones, a la vez que nutre y estimula su espíritu, extendiendo la atmósfera del aula, de la biblioteca y del hogar. 

Con él, ejercita los músculos emotivos de su inteligencia y su memoria, ya que no hay que olvidarse que el cuento se ha ido conservando y transmitiendo de generación en generación gracias a fácil memorización. También abre nuevos horizontes a su imaginación, despertando su espíritu creador; haciendo ejercitar su fantasía, ofreciéndole la oportunidad de formar y/o deformar todo lo que le rodea, y posibilitándole situarse en mundos distintos al real.

Permite a los niños comprender muchos de los hechos y realidades con los que vive a diario y que, en su mente infantil, no parecen tener explicación, estimulando la observación a través de las láminas que ilustran los cuentos.

Ayuda a formar hábitos de atención y puede vislumbrar alguna explicación a muchísimos eventos y hechos que acontecen, por primera vez, ante sus vírgenes y atónitos ojos.

Le permite establecer una comprensión oral correcta en la narración por parte del niño, descubrir la relación entre el comienzo, el nudo y el desenlace de una historia, a la vez que enumera las acciones que realizan los personajes de los relatos.

Aprender a narrar, a expresarse oralmente, al tratar de repetir los cuentos o dramatizarlos, posibilitando la exposición oral de los cuentos, con argumentos conocidos o inventados y enriqueciendo y completando el vocabulario del niño: introduciendo frases y términos nuevos y ampliando el significado de otros términos usuales.

Y favorecer la elocución con la pronunciación correcta de palabras nuevas o de difícil vocalización, y distinguir sonidos onomatopéyicos relacionados con acciones, ruidos, animales, etc.

También trabajarán la memoria a medio-corto plazo, al relacionar las diferentes ideas, pero no tiene por qué ser la primera vez que se les cuente un cuento.

Es decir, les transmitimos tanto el gusto por la lectura, como la manera de tratarlos, con un comportamiento adecuado, cuidándolos lo mejor posible para su correcto uso.

Daniel Pennac ha dedicado parte de su obra a la reflexión sobre la escuela y la lectura. Este segundo aspecto lo aborda en Como una novela, libro en el que trata de enumerar y analizar las causas por las que un lector en ciernes se convierte en un renegado de la lectura que huye de las páginas escritas como si éstas representaran el peor de los castigos.

Sin afán de analizar todas las ideas que Pennac aborda en su libro y sin intención jerárquica, podemos empezar por los propios padres que tratarán de completar el tiempo de su hijo en una lucha contra el reloj y a favor de la ansiedad, con todas las actividades extraescolares que impidan el pecaminoso aburrimiento o que acredite la buena salud económica familiar y la preocupación por nuestros hijos. El tiempo para madurar lentamente una novela, para saborearla, queda eternamente aplazado. Los padres tampoco son una referencia válida en muchos casos; el lamento de que mi hijo no lee suele provenir de quienes tampoco lo hacen.

La escuela es otra gran destructora de lectores en potencia. Convirtiendo la lectura, ese placer ameno, en una obligación monótona y repetitiva, cumpliendo unos programas que suelen comenzar puntualmente en autores medievales y rara vez culmina en una Literatura más próxima.

·         Papel del maestro:

El éxito del cuento depende en gran parte del narrador, captando toda la emoción y el interés desde el principio.

Se narrará realizando una pronunciación correcta, pausada, para facilitar la audición, empleando un tono de voz media, que nos permita el susurro y el grito, utilizando diversas inflexiones de voz para expresar los distintos sentimientos, variar las entonaciones y contar como si estuviéramos viviendo.

La narración irá impregnada de vida, de colorido, de matices de voz, de gestos y ademanes, de acciones mímicas, identificándose el narrador plenamente con los personajes para que se viva la historia. Tiene que preparar minuciosamente su actuación, cuidando cada detalle, adecuando su relato a la audiencia, utilizando palabras expresivas y motivadoras, su actitud ha de ser amable, casi tierna, sin perder de vista en ningún momento a los niños, y teniendo confianza en sí mismo para que vibre con el relato y lo sienta íntimamente.

El maestro debe narrar con los niños a su alrededor, en semicírculo, nunca detrás, para que pueda observar todas las acciones y gestos mientras mira a todos buscando la expresividad, captando la atención de los pequeños, y logrando una compenetración íntima con el auditorio.
El narrador será el encargado de cuidar con precisión el ritmo, el gesto, la pausa que marca el final de cada frase, cerrar las descripciones, aumentar la intriga del desenlace, asegure el buen orden de la narración, ofrezca al niño la oportunidad y el tiempo necesario para asimilar lo que acaba de escuchar y aumente el deseo de escuchar lo que viene a continuación.

Debe transmitirse la esencia del relato, su sabor característico, su punto de vista (humorístico, patético, instructivo…) mediante un vocabulario claro, sencillo, lógico, con entusiasmo y naturalidad, haciendo que el interés crezca progresivamente, velozmente, para terminar con un final efectivo.

Pero no sólo cuenta la voz. Los gestos envuelven, enganchan, impresionan; los ojos atraen la atención; las manos captan el interés, imprimen fuerza y expresividad.

No hay que olvidarse del tiempo que pueden estar los niños escuchando, porque saben hacerlo, pero a partir de los 15 minutos dejan de escuchar y no se enteran, o dejan escapar muchos detalles. Por lo que nos tenemos que ajustar en tiempo, en contenido y en gustos a su edad, porque somos nosotros quienes llevamos las riendas, interactuando con ellos para que sigan atentos.

La primera vez que les contemos o leamos un cuento, no se van a enterar de todos los contenidos de éste, puesto que la atención de cada alumno es diferente, y cada uno de ellos se fija en unos aspectos que otros quizás dejen escapar, pero nunca en todo, por eso les encanta escuchar el mismo cuento una y otra vez, porque siempre se darán cuenta de algo nuevo.

En el aula, debemos variar el tipo de cuentos: cuentos populares, cuentos de autores modernos, historias protagonizadas por animales, personajes humanos, relatos fantásticos o realistas, para que los niños puedan disfrutar de todo tipo de historias diferentes y así hacerles reflexionar, porque en cada uno de ellos hay diferentes valores.

·       Preguntas antes, durante y después del cuento:

Actividades previas a la lectura. Se presentará lo que se va a leer o a contar, haciendo una breve introducción para animal a la escucha y a la lectura mediante el diálogo para que participen y se queden relajados mientras escuchan el cuento.

En esta etapa, lo importante es activar los conocimientos previos, es decir,  entregar información que ya se conoce sobre un tema; y formular los propósitos del texto que nos presentan, señalar lo que esperas del texto.

Por ejemplo, activemos los conocimientos previos del título “Mi primera visita al doctor” a partir de preguntas, conversaciones, relato de experiencias, etc.: 

- ¿Has ido alguna vez al doctor? 
La respuesta puede ser sí o no.

- ¿Cómo ha sido tu experiencia? 
La respuesta puede ser una experiencia mala o buena.

- ¿De qué crees que hablará el tema?
La respuesta puede ser: sobre una persona que va al doctor.

Todas estas respuestas dependerán de lo que cada uno ha vivido en relación  al tema y lo que conoces respecto de él.

En definitiva, en esta etapa de la comprensión lectora, él debería responder  a las siguientes preguntas:

- ¿Qué sé de este tema?        
- ¿Qué quiero aprender?     

Actividades durante la lectura, sólo se realizarán si es necesario, si es muy largo el cuento para que participen.

En esta etapa el lector se está enfrentando al texto y comienza a ver si lo señalado en las actividades de la etapa anterior concuerda con la lectura. Así, comprueba si la información entregada a partir de la activación de los conocimientos previos coincide con lo que le está entregando el texto.

Otra actividad que se realiza durante la lectura es la siguiente:

Comenzar a leer y detenerse en el primer párrafo o en la mitad de la historia, para realizar preguntas como: ¿qué pasará a continuación? Así, se realizará supuestos o conjeturas de lo que viene a continuación.

También es de gran utilidad contar en voz alta lo que se ha leído para ver qué se ha comprendido en el momento. La realización de preguntas sobre el contenido del texto ayudan mucho para ir entendiendo mucho mejor los hechos o sucesos que van ocurriendo.

Actividades después de la lectura. Haremos una primera parte más subjetiva con preguntas como: ¿os ha gustado?, ¿cuál os parece que es el mejor personaje?, ¿qué título pondríais vosotros?, ¿qué cambiaríais del cuento?, etc. y las segundas preguntas más objetivas.

·       Diferentes estilos:

Veremos las tres posibles estrategias de usar en la hora del cuento. Para saber la técnica más apropiada para cada clase, hay que fijarse con las edades de los niños, en sus gustos, en la longitud del texto, en el vocabulario, etc.

Estas tres estrategias debemos saber utilizarlas correctamente, acompañándolas de materiales adecuados y de calidad, porque ante todo a los niños debemos darles calidad.

1.    Narración con libro:

Es la más utilizada en el aula del primer ciclo de educación infantil. Consiste en contar un cuento de un libro que tengamos en el aula. Se enseñarán las imágenes del libro, haciendo referencia a ellas, señalándolas y trabajando el razonamiento icónico (entender y aceptar que hay cosas que representan a la realidad pero no son realidad, sino que simplemente son dibujos) con el objetivo de que disfruten y pasen un buen rato, mientras que les acompañamos en sus primeros contactos con los libros, aprendiendo a secuenciar las imágenes, siendo lo más expresivas y buenas posibles, que representa de una forma adecuada y comprensible los sentimientos, que los personajes aporten lo más posible al niño, que entre ellos sean diferentes y que puedan ser reconocidos por los niños.


Esta transmisión se puede llevar a cabo con un libro tamaño grande o adecuado para que todos los niños consigan ver las ilustraciones, con Power Point, con ayuda de las TIC, entre otros métodos.

Por ejemplo, podemos utilizar como base este vídeo, y a partir de ahí nosotros ir contando la historia.


Además de desarrollar el razonamiento icónico, esto hace que presten mucha más atención, aun sabiendo, como he nombrado con anterioridad, que su atención es limitada, por lo que les debemos enganchar con las imágenes, haciéndolas muy dialogantes.

2.    Lectura:

Esta estrategia es más recomendable para el segundo ciclo de educación infantil, aunque también se puede hacer en el primer ciclo. Por ejemplo con el libo “Un bicho extraño”.

Como su nombre indica, consiste en leer un texto, reproducir literalmente lo que dice el texto, ya puede ser un cuento, libro con ilustraciones, una página, etc. En todo momento debe ser lectura, aunque cabe la posibilidad de que sea interrumpido con preguntas, o por algún niño

Debemos buscar un texto que sea “muy rico”, es decir, que sea artístico, especialmente de autor; pero también tenemos que tener en cuenta la longitud del cuento, ya que es un tema muy importante debido al tiempo de atención suya.

Un libro muy adecuada para todo el segundo ciclo de educación infantil es “Adivina cuánto te quiero”.

La lectura debe ser correcta, utilizando una entonación adecuada, respetando las pausas, no modificando las voces y haciendo que sea un proceso continuo, es decir, que no paremos a mitad de la historia para contar algo o hacer preguntas, esto debe hacerse una vez finalizada la lectura.

También es importante no mostrarles las imágenes del libro a la vez que lo estamos leyendo, es mejor leerlo y después enseñarles  las imágenes ya que así a parte de desarrollar su imaginación, aprenden a respetar los turnos y a esperar.

3.    El cuentacuentos:

También, como su nombre indica, consiste en contar cuentos, sin apoyo visual. Es la forma más antigua de transmisión literaria, es como se ha hecho durante toda la vida gracias a la palabra, transmitiendo sensaciones, emociones, sentimientos, etc.

Se puede realizar en el primer ciclo, o en el segundo de educación infantil, dependiendo de la longitud, de los gustos, etc., aunque quizás es algo más recomendable para alumnos del segundo ciclo, puesto que es la que más desarrolla la imaginación ya que al no tener imágenes, el receptor es donde más utiliza la imaginación.

Es importante que los niños no tengan imágenes en la cabeza acerca del cuento que les vamos a contar ya que si no fuera así no desarrollarían la imaginación tanto como si no tuviéramos conocimiento alguno acerca de la historia. Por eso es conveniente que los cuentos que les contemos no les sean conocidos.

No sólo podemos pensar cómo adaptarlo previamente a leerlo, sino que también, mientras lo contamos y vemos las reacciones ante el cuento, lo podemos ir adaptando.

Nos podemos ayudar de marionetas, siendo nosotros el narrador, y utilizando como apoyo visual dichas marionetas; otra forma es representar ellos el cuento, de forma dramatizada, siendo cada uno de ellos uno de los diferentes personajes que aparecen; también nos podeos disfrazar contárselo con la mascota de la clase como si fuera ella el narrador, con muñecos de trapo, etc.

Para que quede más claro, aquí dejo un video en el que queda muy claro el cuentacuentos cuentacuentos

Y con todas las nuevas tecnologías y avances actuales, también existen  video de cuentacuentos en los que desde tu casa, con el ordenador puedes interactuar con el cuentacuentos, cuentacuentos

·       Enseñar o no las imágenes:

Un tema de gran debate es si se deben enseñar o no las imágenes. Es muy fácil:
En la narración con libro es obligatorio enseñarlas.
En el cuentacuentos es obligatorio no enseñarlas,
Y en la lectura hay tres opciones:

1.    No enseñarlas para que se lo imaginen.
2.    Como se va a realizar en el segundo ciclo de educación infantil, podemos, después del cuento, enseñárselas y hablar sobre ello, contrastando sus ideas.
3.    Enseñárselas, como por ejemplo con el libro “Un bicho extraño”. También podemos hacer nosotros, en un folio, por un lado las imágenes y por el otro lado el texto, y mientas nosotros se lo leemos, ellos las van viendo.


·       Cambiar o no las voces de los personajes:

En la lectura no se deben cambiar las voces a los personajes a no ser que sea para niños muy pequeños y nos apetezca hacerlo.

En las otras dos estrategias, nos da igual, puesto que no va a prestar más o menos atención si se cambian o si no se cambian.

Podemos cambiarlas de un personaje a otro siempre y cuando no existan muchos personajes, pues esto podría crear confusión en los niños, además de que sería complicado crear varias voces distintas.

Una persona profesional puede poner incluso 11 voces diferentes para cada personaje, siendo cada una de ellas reconocible; pero para nosotros sería recomendable unas tres, o sin son muy diferentes cada una de ellas, incluso cuatro, pero no más.

·       Fórmulas para iniciar y terminar un cuento:

"Había una vez" son las tres palabras mágicas que, por excelencia, suelen iniciar los cuentos. Sin embargo, hay muchas fórmulas que podemos emplear para comenzar nuestras narraciones.

Tener un repertorio de frases de inicio es muy conveniente pues evita que caigamos en la repetición si estamos presentando un espectáculo de cuentos (aunque si el evento es excelente la gente tal vez ni lo note).

A menos que estemos preparando una serie de cuentos donde todos comienzan igual, siempre se puede echar mano de distintos comienzos:


ALLÁ en los tiempos del Rey que rabió...
AQUEL que lo vio, corrió y me contó...
CUENTAN las abuelas y los abuelos que...
CUENTAN los que lo vieron, yo no estaba, pero me lo dijeron, que...
EN tiempos de María Castaña
ÉRASE que se era...
HACE mucho tiempo...
PUES, señor pues, señor...
YA ni me acuerdo cuándo pasó, pero...

Con los finales de los cuentos pasa algo distinto. Muchas veces caemos en la tentación de terminar una narración con el conocidísimo "Colorín colorado". Pero no siempre esta frase es la más adecuada.

Hay cuentos que no deberían terminar con un "Colorín colorado". Supongamos el hipotético caso en donde un narrador cuente un texto de Gabriel García Márquez. Una presentación impecable podría venirse abajo en el último segundo si el narrador decide terminar su narración diciendo "Colorín colorado".

Debemos tener mucho cuidado de no sucumbir ante esta tentación. Sin embargo, los cuentos fantásticos de brujas, princesas, reyes y sapos se prestan muy bien para alguna de las siguientes frases:

COLORÍN, colorado, este cuento se ha acabado, y el que no se levante se queda pegado.
ESTO es verdad y no miento, como me lo contaron te lo cuento.
VIVIERON felices, comieron perdices, y a mí me dieron con un hueso en las narices.
VIVIERON felices, comieron perdices, y a mí no me dieron porque no quisieron.
Y aquí se rompió una taza y cada quién para su casa.
Y así se cuenta y se vuelve a contar, este cuentecito de nunca acabar.
Y colorín colorete, por la chimenea salió un cohete.
Y entonces cataplán, cataplón y cataplín, cataplín, hemos llegado a su fin.
Y voy por un caminito y voy por otro, y si este cuento les gustó mañana voy por otro.

·       Cuentacuentos de adultos y de niños:

Existen cuentacuentos para niños y cuentacuentos para adultos y ambos son muy diferentes.
Los cuentacuentos para adultos suelen ser monólogos teatrales, hacen una representación y ensayan para ello.

Los cuentacuentos para niños no se pueden ensayar ya que es necesario interactuar con ellos, debemos observarles, preguntarles cosas, etc.

Es importante observar las expresiones que tienen sus caras, observar si les está gustando el cuento o no, y a partir de ahí modificar el cuento ya que si les está gustando una parte del cuento debemos alargarla o crear momentos de intriga y viceversa.






·       Enlaces de interés:

En estos enlaces os comento algunas técnicas, trucos e ideas creativas a la hora de hacer cuentacuentos, como por ejemplo con papiroflexia, globoflexia, con marionetas; pero también para contar y narrar cuentos. Y también os dejo la experiencia de una atividad realizada en Granada sobre la animación a la lectura.

¡¡ESPERO QUE OS SIRVA!!









·       Bibliografía:

http://www.youtube.com/watch?v=MM9zHF4e810&ob=av2e (canción cuéntame un cuento-celtas cortos)

1 comentario:

  1. Está casi casi perfecto. Para ponerte perfecto me faltan los enlaces de interés. Piensa que la bibliografía hace referencia a las páginas que has utilizado para informarte y completar el tema. Los enlaces de interés son aquellos que pueden servirte en el futuro, más prácticos y menos teóricos... en este caso, páginas con estrategias sobre cuentacuentos o lectura de historias, experiencias reales en aulas, etc.

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