lunes, 23 de abril de 2012

Tema 2: literatura folclórica (parte 1)


En este segundo tema hablaremos sobre el folclore, sobre los cuentos de transmisión cultural y oral. Éstos han variado muchísimo puesto que al no estar escritos, no de fija ninguna versión, sino que tienen infinitas versiones debido a que al contarlo de boca en boca siembre va variando algún matiz, por todo ello es material perfecto para adaptarlo. Un ejemplo de ello es, la historia de Blancanieves y de todas sus versiones diferentes, en ellas está la de Perrol, la de los hermanos Grimm, o la de Disney.

En la historia de los hermanos Grimm, se la intenta matar tres veces: con una peineta con veneno, con una gargantilla para ahogarla, y por último, con la manzana; mientras que Disney, sólo lo hace una vez, con la manzana.

·       ¿De dónde salen estos cuentos? ¿Cuál es su origen?

En su origen, estos textos no eran infantiles, sino que estaban basados en hechos reales (aunque también hay que decir que alguno infantil, también existía).

Surgen en un contexto en el que no sabe leer ni escribir, en el que no existe la tele, la radio o los libros, y por lo tanto, para pasar el tiempo se contaban historias.



En cuanto llegaba la noche, en las casas de  la clase media-baja, sólo existían velas o algo de fuego para poder alumbrarse, por lo que se reunía toda la familia (incluso los más pequeños, y al ser las casa diáfanas, los niños escuchaban todo lo que se hablaba y sabían mucho más de la vida) en círculo y se sentaban a escuchar y a narrar historias, tanto reales como fantásticas. La mayoría de lo que se narraban eran cuentos, los cuales se contaban para toda la familia, para que estuvieran todos entretenidos y pasaran un buen rato.

Por todo ello, no se sabe cuál es su autor (no es que sean anónimos, que es muy diferente), sino que son textos nacidos de una comunidad, y reflejan los miedos, los deseos y los sueños de la gente de la época, especialmente de la clase baja.

·       Características comunes

La mayor parte de los protagonistas eran adolescentes, y tenían un esquema básico, el cual estaba dividido en tres sucesos: partían de un niño, o un adolescente que vivía en su núcleo familiar, pero que se ve obligado a salir de este núcleo. Continúa fuera de su casa, pasando una serie de pruebas en su vida que le marcaran tanto para bien como para mal; pero que finalmente terminará conociendo a su pareja ideal y se casaran siendo muy felices y comiendo perdices, en muchas ocasiones con un príncipe o una princesa.

Otra de sus características es que todos ellos contienen enseñanzas, incluso algunos moralejas, por lo que no se pueden considerar (como hemos visto en el tema anterior) textos literarios, sino que serían textos paraliterarios (pero su fin no es moralizante, sino que se hacía para entretener); y también en sus historias aparecen elementos mágicos, como hadas, gnomos, u ogros.

Estos cuentos suelen reflejar cómo era la sociedad del momento, por ejemplo, el cuento de Hansel y Gretel está lleno de referencias a épocas antiguas.



Estos dos hermanos salen de su casa a buscarse la vida con 12 años, puesto que en esa época, con esa edad lo normal era estar trabajando para ganarse el dinero y poder llevarlo a casa.

También en los cuentos folclóricos se hace referencia  a los miedos, a los deseos, a las ilusiones, y esperanzas de los seres humanos, como la muerte y la resurrección como ocurre en los cuentos de “Blancanieves”, o “La Bella durmiente”, siendo las protagonistas unas jóvenes de la clase baja que terminan casándose con príncipes, lo cual en la realidad no ocurría, por lo tanto, la gente del pueblo se inventaban cuentos en los que se reflejaban esta serie se cosas.

Podemos encontrar tres géneros: el teatro, la poesía y la prosa.

·       Teatro folclórico:

El teatro folclórico se divide en dos partes: por un lado está el texto dramático o teatral; y por el otro lado está la representación.

Estos textos son transmitidos de forma oral, no están escritos, ni creados para representarlos; pero más tarde, los autores y los escritores lo modifican para que los actores lo puedan representar.

Más tarde, unos cómicos iban representando obras de teatro, poemas, canciones, etc. por los alrededores de su pueblo, a estos cómicos se los denominaron “cómicos de la lengua”, con el fin de divertir y entretener a la gente del pueblo.

Dentro de sus representaciones, tenían un pequeño espacio dedicado a los más pequeños, con los “Títeres de cachiporra”, la única representación de teatro folclórico infantil. Estas representaciones se hacían con marionetas, y todas ellas tenían el mismo argumento, el cual terminaba el protagonista atrapando al malo.

                                                                 



·       Poesía folclórica:

En este apartado, hay que explicar que existe poca poesía folclórica, y la poca que existía estaba destinada a los nobles, puesto que la gente del pueblo no tenía el privilegio de escuchar poesía recitada puesto que nadie se dedicaba a ello.

Esta poesía está siempre unida a la música, al juego y a los poemas religiosos. Lo primero que debemos diferenciar es poesía tradicional folclórica de poesía popular. La primera, es la poesía que se ha transmitido de forma oral, sin saber cuál es su autor, por ejemplo “El patio de mi casa”; mientras que la poesía popular sí que tiene autor, pero al haber sido tan popular, éste se ha olvidado, por ejemplo “Mi barba tiene tres pelos”, de Miliki.

Por un lado, a la música estaba ligada la poesía amorosa, como las cantigas galaico-portuguesas, las cuales se recitaban en fiestas y cortijos; y por otro lado, están las poesías relacionadas con los juegos tanto de adultos como infantiles. En las de adultos se podían ver peleas entre chicos y chicas, mientras que en las infantiles los temas son muy variados, existiendo gran cantidad de ellas que se cantaban para jugar.

Existía un gran apartado dedicado a la poesía religiosa, la cual podía ser cantada o recitada. La poesía folclórica infantil tenía manifestaciones para niños como “Cuatro esquinitas tiene mi cama”, o el “Jesusito de mi vida”, pero todas estas no pertenecen a la Iglesia, sino que tienen un origen pagano, las creaba la gente del pueblo para protegerse y sentirse seguro.


·       Prosa folclórica:

Estos textos folclóricos no son escritos infantiles, sino cuentos o relatos breves. Estos textos no han interesado nunca a los críticos, puesto que lo consideraban que no eran interesantes ya que procedían del pueblo, y no tenían suficiente calidad.

Como he explicado en el tema anterior, la literatura infantil para niños, no llega hasta los años 90.

La explicación de por qué se han usado estos textos para niños es la siguiente:

Con la llegada de la ley del 70, se incluyó preescolar en la escuela, y comenzaron a recibir niños menores de 6 años. Las maestras, las cuales llevaban trabajando con niños de 6 años muchísimo tiempo, se creyeron capaces de trabajar también con estos más pequeños. Al tratar el tema de la lectura, para hacer que los más pequeños también se interesaran por ella, las maestras creyeron oportuno usar los mismos cuentos folclóricos, puesto que no existían cuentos para los más pequeños. Estos cuentos eran perfectos ya que se podían adaptar las historias, hasta transformarlas en cuentos infantiles; sus personajes eran planos, sólo tenían una o dos características; y las historias aparentemente eran sencillas.

Dentro de la prosa encontramos dos géneros: el cuento y la novela. El primero se trata de un relato corto, y sus temas son de diversos tipos, entre ellos las fábulas; mientras que el segundo tipo, son relatos largos, por lo que no existen novelas folclóricas.



Los primeros se pueden clasificar en fábulas, cuentos de animales, mitos, y leyendas.

En los cuentos de animales todos los personajes son animales, no aparecen personas humanas; y encontramos el cuento de los tres cerditos, o el del patito feo. Éste lo subdividió en cuantos de animales y mitos. Los primeros tienen enseñanzas, pero no moraleja, y los personajes representan a personas (con sus rasgos), es decir son animistas. Mientas que las fábulas tienen dos grandes características, por un lado, todas llevan moraleja para enseñar algo ético (paraliteratura), y por otro lado, sus personajes son animales por lo general y representan vicios y virtudes del ser humano. Por ejemplo la fábula de la cigarra y la hormiga, en la que la cigarra representa el placer, el no preocuparse, mientras que la hormiga representa el hombre trabajador.

Los mitos son relatos sobre la divinidad o seres divinos en cuya realidad cree el pueblo, en ellos podemos encontrar “Hércules”.

Las leyendas son historias fantásticas que nos relatan hazañas o sucesos extraños, siempre ligadas a un elemento central (personaje, objeto o lugar). Las leyendas para niños, son versiones simplificadas de las leyendas tradicionales, relatadas especialmente para los pequeños.

Para la clase de infantil, entre la fábula y el cuento de animales, es más recomendable los cuentos de animales; mientras que eligiendo entre la leyenda o el mito, es mejor la leyenda.


Pedro Cerrillo (catedrático de literatura de Castilla La Mancha), ha sido de las personas más interesadas en hacer que esta tradición no se pierda y fue la primera persona interesada en estos temas. Para ello hace una clasificación temática:

·         Rima de ingenio: canciones que no son cantadas, sino que son recitadas, puesto que no tienen música. Un ejemplo de ellas son las retahílas (melodías en las que se repiten continuamente algunas notas) como “una dola tela catola”. También se encuentran los sorteos, (mayoría/minoría gana, pinto pinto gorgorito), trabalenguas, disparates, burlas (quien se fue a Sevilla perdió su silla), adivinanzas,

·         Juegos y rimas de movimiento: canciones con movimiento, con saltos, giros, lanzando objetos, haciendo cosquillas, jugando a la comba, etc. Por ejemplo “al cochecito leré”, “pase pisi, pase pisa”, …

·       Danzas de corro: canciones en círculo, en pasillos, con palmas, imitando los movimientos de una persona en concreto, etc. Aquí encontramos canciones como “Don Federico mató a tu mujer”, “soy una taza, una tetera,…”.


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